La espera valió la pena para los más de 50 seguidores que se dieron cita para recibir a la Selección Mexicana en su llegada a Guadalajara. Aunque se anticipaba que el conjunto nacional llegaría poco después de las seis de la tarde, finalmente arribó con un retraso de dos horas y 20 minutos bajo la dirección de Javier Aguirre.
A pesar del cansancio palpable, el entusiasmo no se desvaneció. Los seguidores estallaron en alegría al ver el autobús del equipo nacional aparecer por una entrada trasera del hotel donde se alojarán durante los próximos tres días.
¡Llegaron nuestros guerreros a tierras tapatías!
Un grupo de aficionados fueron a recibir al Tricolor pese a los malos resultados…
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— Esto en Línea (@estoenlinea) October 14, 2024
El grupo fue liderado por Duilio Davino, quien, junto a varios miembros del cuerpo técnico de Javier Aguirre, bajó del vehículo para animar aún más a la multitud.
La Selección Mexicana ya llegó a Guadalajara para su próximo encuentro contra Estados Unidos; Raúl y Ochoa fueron los jugadores más ovacionados…
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El primero en descender fue César Huerta, provocando una locura inmediata entre los presentes. Los aficionados comenzaron a corear “Chino, Chino”, intentando captar su atención mientras se preparaban para el evento.
César Montes, Johan Vásquez y Rafael Márquez también bajaron del autobús, generando una evidente emoción entre la afición. Los gritos de apoyo llenaron el aire, aunque el Káiser se tomó un momento extra para saludar a todos.
La euforia alcanzó su clímax con los futbolistas que forman parte del Guadalajara: Roberto Alvarado, Gilberto Orozco Chiquete, Orbelín Pineda y Alexis Vega hicieron lo posible para firmar tantas camisetas como les fue posible.
En un giro inesperado, Javier Aguirre salió del vehículo, manteniéndose reservado y limitándose a un saludo general, acompañado de una sonrisa, antes de regresar a pensar en la alineación que empleará ante Estados Unidos.
El momento culminante de la llegada lo protagonizaron los últimos en descender
Guillermo Ochoa y Raúl Jiménez recibieron el amor de los aficionados. Un coleccionista que llevaba camisetas del Atlético de Madrid, Benfica, Wolverhampton y Fulham, equipos donde ha jugado el Lobo de Tepeji, sorprendió a Jiménez, quien firmó todas las camisetas y posó para fotos.
Ochoa también quedó impresionado. Paco Memo firmó un par de guantes enormes, sonriendo mientras atendía a los aficionados presentes, siendo una vez más el que más tiempo pasó con los seguidores.
Así llegó el Tricolor a Guadalajara, con el espíritu en alto gracias al cariño de sus hinchas, pero con la pesada carga de la responsabilidad de ganar en el primer Clásico de la Concacaf contra un debilitado Estados Unidos dirigido por Mauricio Pochettino.