Cam Heyward, defensor emblemático de los Steelers con 14 temporadas en Pittsburgh, no ocultó su frustración en su podcast “Not Just Football”. “Prefiero que esto termine. No sé qué pasará, pero estoy listo para dejar atrás la agencia libre”, declaró. Sus palabras reflejan el malestar en el locker room ante una situación que distrae del objetivo central: prepararse para la temporada.
Heyward, líder indiscutido, envió además un mensaje directo a Rodgers: “O quieres ser un Pittsburgh Steeler o no. Es simple”. Esta postura resume la filosofía de una franquicia que prioriza el compromiso inquebrantable. “Si no estás dentro, entonces no me importa”, añadió, subrayando la cultura de equipo que define a los Steelers.
El obstáculo contractual: Dos años vs. uno
La negociación entre Rodgers y Pittsburgh enfrenta un escollo clave: el tiempo. Mientras el quarterback de 41 años busca un contrato por dos temporadas, la organización ofrece solo un año, según reportes de insider de la NFL. Esta brecha no es trivial. Para los Steelers, garantizar múltiples años a un jugador que viene de una lesión en el tendón de Aquiles (2023) y cumplirá 42 años en diciembre implica un riesgo financiero y deportivo.
Rodgers, por su parte, parece buscar seguridad tras una etapa tumultuosa con los Jets, donde solo disputó cuatro snaps en 2023 antes de lesionarse. Pittsburgh, con un legado de estabilidad, podría ser su puente hacia el retiro, pero ambas partes deben ceder.
¿Minnesota como plan B?
Mientras Pittsburgh espera, otros equipos acechan. Los Minnesota Vikings emergen como alternativa viable. Tras perder a Kirk Cousins en agencia libre y apostar por el novato JJ McCarthy en el draft, la inclusión de Rodgers como mentor y figura temporal podría acelerar su reconstrucción. Sin embargo, Minnesota tendría que desprenderse de recursos significativos para adquirirlo, algo que los Steelers ya evalúan con cautela.
Otras opciones, como New York Giants o incluso un retiro sorpresa, tampoco se descartan. Pero Rodgers ha dejado claro que quiere jugar, lo que mantiene viva la llama de los rumores.
El impacto en Pittsburgh: Más que un nombre
La llegada de Rodgers no sería solo un movimiento deportivo, sino un mensaje simbólico. Los Steelers, con Russell Wilson ya en la rotación, buscan competir tras años de ofensiva mediocre. Sin embargo, la incertidumbre afecta más que los planes tácticos: desgasta la confianza del vestuario.
Jugadores como George Pickens y Najee Harris han expresado públicamente su entusiasmo por la posible incorporación, pero cada día sin resolución alimenta dudas. “En este negocio, el tiempo es tu peor enemigo”, admitió Heyward.
El reloj corre para Rodgers. Su elección definirá no solo su futuro, sino el de una franquicia que valora la lealtad tanto como los triunfos. Para Pittsburgh, la espera ya es una prueba de fuego: ¿hasta cuándo mantendrán la oferta sobre la mesa?
Mientras tanto, los aficionados especulan, los jugadores contienen la respiración, y la NFL observa. En un deporte donde las leyendas se construyen con decisiones audaces, Rodgers tiene en sus manos otra oportunidad para moldear su legado. Pero en Pittsburgh, la paciencia, como todo, tiene un límite.
